¿Se imagina poder hacer todo lo que desea sin tener que dar explicaciones a nadie? ¿Se imagina robar un banco sin consecuencias, tener acceso a lugares prohibidos, poder ver a todas las personas del mundo en su intimidad o incluso poder cometer un crimen y que nadie jamás pueda culparle por ello? Pues justo eso vamos a ver en la historia del anillo de Giges.
¿Quién fue Giges?
Hoy vamos a contarte cómo consiguió Giges todo esto y qué lectura podemos hacer de su historia.
En el Libro II de la República de Platón, Glaucón, hermano del autor, debate con Sócrates sobre la idea de justicia, tema central de la obra. Para explicar su postura recurre al mito de Giges.
Giges era un pastor que estaba al servicio del rey de Lidia. Un día, estando con sus ovejas, se levantó un enorme temporal que terminó por hacer un gran hueco en la tierra. Giges, atraído por la curiosidad descendió por él y vio mil maravillas. Entre ellas se encontraba un caballo de bronce, que tenía una especie de puerta. Al abrirla. encontró un cadáver de dimensiones sobrehumanas dentro. Este ser tenía un anillo de oro en la mano, que Giges no tardó en quitarle y llevarse consigo.
La historia del anillo de Giges
Pronto, Giges se dio cuenta que el anillo tenía el poder de hacerlo invisible cuando volvía la sortija. Con este objeto, pensó Giges que podría conseguir gran poder, por lo que urdió cierto plan para seducir a la esposa del rey y luego, una vez seducida y con su ayuda, mató al propio rey y se apoderó de su reino.
Lo importante de este relato, su esencia es hacernos reflexionar sobre la bondad y la justicia del ser humano.
Si tuviéramos el anillo de Giges, lo usaríamos, ¿y con qué fin? Glaucón afirma que si lo poseyéramos haríamos el mal, pues nadie nos vería ¿Quién se resistiría a espiar a los demás, a entrar a las casas ajenas para ver desnudas a ciertas personas? ¿Quién aguantaría la tentación de entrar en un banco y robar dinero si sabes que nadie te va acusar de ello?
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Con el anillo el ser humano se encontraría por encima de las leyes, no necesita obedecerlas porque nadie lo va a poder culpar de nada. Por tanto, se pierde el miedo a la ley y el temor a ser juzgado también por el resto de la sociedad por tus actos.
Con esto Glaucón concluye que el ser humano no es justo por naturaleza es solo justo porque no le queda más remedio, porque necesita ser valorado socialmente y porque tiene miedo a sufrir las consecuencias de violar la ley.
Sócrates, que debate con él, se va a mostrar contrario a su postura. Para Sócrates Giges es un hombre que al aplicar el poder del anillo se ha hecho esclavo de sus pasiones, ha perdido el control sobre sí. Con el anillo, Giges va a perder el control racional sobre sí, por lo que va a dejar de ser feliz.
Ahora, la reflexión es la siguiente: ¿Qué harías tú si tuvieras el anillo? ¿Obrarías sólo el bien y lo justo, o harías cosas que fueran contra las leyes y perjudicasen a los demás? ¿O quizás, como Sócrates, renunciarías a él porque sabes que no puede hacerte feliz? Esperamos tus respuestas en los comentarios.
